La Ley de la Cadena de Suministro con el ejemplo de las piñas y los plátanos
Desde 1989, en Tropica Verde e.V. estamos comprometidos con la conservación de la selva tropical en Costa Rica, la reforestación de zonas taladas, las campañas de plantación, la protección de las especies y la biodiversidad, la educación medioambiental y el apoyo a la población local y su implicación en nuestros proyectos, e informamos constantemente a nuestros miembros, donantes y partes interesadas sobre aspectos importantes de las condiciones de vida y producción en Costa Rica que son relevantes para nuestros proyectos.
Por un lado, Costa Rica es un país con una biodiversidad impresionante, con muchas reservas naturales, una elevada proporción de energías renovables como la hidroeléctrica, la eólica y la geotérmica, un sistema democrático estable, un Estado constitucional con una sociedad civil desarrollada… pero, por otro lado, también tiene unas condiciones de vida muy precarias en las afueras de las ciudades, pero sobre todo en las zonas rurales y remotas, con éxodo rural, un elevado desempleo juvenil y desastrosos monocultivos agrícolas para el cultivo de piñas y plátanos.
Estos monocultivos en expansión son catastróficos,
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porque no sólo se arrasan antiguos pastos, sino que se arrasan zonas de matorrales y bosques para dejarles sitio,
- porque se rocían repetidamente con fertilizantes líquidos y fungicidas perjudiciales para el medio ambiente y la salud humana,
- porque las toxinas están contaminando ahora las aguas subterráneas y, como consecuencia de las lluvias tropicales, los arroyos, ríos y aguas costeras,
- porque son absolutamente hostiles al mundo natural animal y vegetal y
- por lo que también perjudican a todos los proyectos locales de conservación de la naturaleza, incluido el nuestro.
Pero, ¿qué tiene esto que ver con la Ley de la Cadena de Suministro?
La Ley de la Cadena de Suministro pretende responsabilizar a los importadores alemanes de garantizar salarios justos y condiciones de trabajo decentes en los países productores y a lo largo de toda la cadena de suministro. En nuestro caso, se trata de las cinco grandes cadenas de alimentación REWE, ALDI, LIDL, METRO y EDEKA, que han utilizado su poder de mercado y la competencia entre sí para garantizar que nosotros, como consumidores, hayamos podido comprar piñas y plátanos más baratos que nunca en los últimos 15 años.
Al mismo tiempo, sin embargo, las 5 Grandes han hecho bajar los precios en Costa Rica hasta tal punto que el cultivo sólo merece la pena si se producen cantidades cada vez mayores y se pagan salarios cada vez más bajos.
OXFAM criticó duramente esta explotación en su control de supermercados de principios de abril de 2022 y calificó a las 5 Grandes según su respectiva contribución positiva o negativa. Es interesante observar que LIDL, ALDI y REWE ya han hecho algunos progresos en materia de transparencia y proyectos piloto, pero también es ejemplar que un proveedor costarricense de piña de EDEKA pague a sus trabajadores sólo 4,50 euros al día, lo que no es suficiente para vivir en Costa Rica, pero sí quizás en las regiones fronterizas de Nicaragua y Panamá, de donde proceden la mayoría de los trabajadores mal pagados contratados por temporadas.
Porque el problema básico persiste: todas nuestras importaciones baratas nos proporcionan a los consumidores precios bajos y una increíble variedad de productos, pero a costa de los productores, la naturaleza y el clima. No se trata sólo de frutas tropicales o textiles, sino de una amplia gama de productos agradables y asequibles para nuestra vida, pero que al mismo tiempo nos hacen dependientes de las cadenas de suministro internacionales, como el petróleo, el gas natural, el carbón, el acero, los productos primarios industriales, los microchips y los ordenadores.
Cuando se trata del problema de los precios, a nuestros importadores siempre les gusta señalar el poder de mercado de los consumidores, que no tienen por qué comprar los productos más baratos y pueden controlar la oferta con su demanda. Esto sólo es cierto hasta cierto punto si optamos conscientemente por productos ecológicos producidos de forma sostenible (y regional). Pero la responsabilidad principal sigue estando del lado del vendedor cuando, como en nuestro ejemplo, las 5 Grandes se rebajan mutuamente el precio para aumentar su cuota de mercado y atraernos con sus ofertas especiales.
Mientras que el plátano más barato en Lidl cuesta 1,09 euros por kilo (Comercio Justo), en Aldi Süd se pueden conseguir por sólo 0,99 euros por kilo (Rainforest Alliance) y en Aldi Nord por 1,09 euros (Rainforest Alliance). Actualmente, Edeka incluso rebaja el precio a 0,88 euros el kilo (Rainforest Alliance – Gut & Günstig). Según la empresa, se trata de una promoción a corto plazo. En Rewe, puedes comprar un plátano a partir de 0,99 euros el kilo (Rainforest Alliance). Los precios del plátano en el mercado alemán son, de media, un 30% más bajos que en Italia y Francia. No es de extrañar, Alemania es la patria del descuento.
¿Qué podemos hacer como consumidores sensibilizados?
- Limitar nuestro consumo a lo esencial,
- compras sostenibles y conscientes,
- Evita las ofertas baratas,
- Apoya las campañas de comercio justo
Wolfgang Schmidt